http://productosdelanecedad.blogspot.com.es/2016/02/11-entrada-sin-nombre-novela-capitulo-3.html
Un saludo y muchas gracias por vuestro tiempo.
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Clare despidió al desconocido de su apartamento individual. No sabía ni de
donde había aparecido, pero le había venido genial para sacarse la pasta que
necesitaba. Encendió la pantalla de su ordenador, y observó una ingente
cantidad de mensajes de internautas que habían visto como se lo había tirado.
Muchos de esos usuarios comentaban que se habían hecho “Una tremenda paja” y
otros que se habían puesto muy cachondos y que iban a esperar a que viniera su
mujer para hacerle todas esas cosas que habían visto en el video. La sesión le
otorgó un millón de euros quitando la comisión de alojamiento web y
representante etc. Cerró la sesión de
cámara y se fue a pegar una ducha.
Mientras se duchaba, recordó como lo bien que se lo pasaba en el edificio
de Pornhome antes de que cerrará la empresa.
En esa época, se tiraba a todos los actores que había. Le encantaba eso.
Sin embargo, ahora estaba intentando subsistir haciendo sesiones de cámara, que
siempre habían sido viables en el negocio pero no te daban mucha fama. Sabía
que el tío con el que se acababa de acostar era virgen, pero le daba igual.
Hacía años que un hombre no le veía con esos ojos de tenerla más dura que un
bloque de diamante. La pierna le
temblaba todavía y sentía mareos:
-Joder…- murmuró cuando salió a la ducha. Abrió uno de los cajones del
lavabo y cogió una pastilla anticonceptiva. Tuvo suerte de que se pudiera
llevar de la empresa un buen paquete de píldoras. Se dispuso a comer mientras pensaba en cómo
había pasado todas esas cosas y de la suerte que había tenido. Había ganado
pasta y se la había tirado a un hombre. Eso no pasaba desde hacía ya varios
años. Quería repetirlo. Si todo salía bien, y hacía una buena publicidad podría
ser otra vez contratada en otra empresa y vivir en ese bacanal que era los
edificios del porno. Además no era un negocio que perdiera nunca dinero,
siempre había una buena renta.
Ella empezó a hacer sesiones lésbicas porque odiaba a los hombres. Cuando
era pequeña, Clare sufrió un abuso infantil por parte de su padre que acabó en
la prisión del Distrito Norte sección A-410. Pero, como decía ella, esto era
así hasta que probó una polla. Después de aquel hecho, a la edad de los dieciocho
años, el Gobierno paró de costearla su mantenimiento y ella tiró por sus
contactos de redes sociales. Cuando cobró su primer sueldo se tatuó: “El
infierno está vacío, los demonios están aquí”. Era de Shakespeare, aunque ella lo desconocía. Fue la única vez
que tuvo que coger un transporte. Aun recordaba lo sellado que estaba todo en
el interior de esas cabinas grises y llenas de oxigeno de bombonas de oxígeno
por las paredes. Tampoco tenía una mujer a la que seguir, ya que su madre murió
en el parto.
A la tarde habló con su representante y le comentó que estaba en una
situación muy peligrosa; en cualquier momento ese tío le podía denunciar por
filtrar sus imágenes a la red y caerle, mínimo, dos años de condena. Clare, se
sobresaltó asustada mientras el corazón le iba a una velocidad vertiginosa. La
había liado parda. No sabía qué hacer.
Su representante, era frío con ella, porque tampoco era su plato fuerte;
tenía, según él, a decenas de jóvenes más cachondas que ella y perderla en la
cárcel no le suponía mucho. Así que tampoco hizo muchos esfuerzos para ayudar a
Clare.
Decidió entonces, intentar saber quién era, con el fin de hablar con él
antes de que las cosas se extendieran. Pero el caso era, que ni si quiera ella
sabía de donde había salido ese tío. Todo había sido tan largo que ni si quiera
sabía su nombre, solo que la había empotrado como un salvaje. Sin embargo, lo
único que le ayudaba era que el hombre no llevase ningún indicio de traje
especializado para salir a la calle y eso le hizo suponer que el hombre vivía
en el mismo bloque individual.
A pesar de eso, tenía un problema;
no podía ir de puerta en puerta llamando. Los vecinos podrían ponerle una
denuncia por escándalo público. Y si
además, las personas mayores del centro se darían cuenta de lo que había hecho,
todo acabaría filtrándose por las redes sociales y su máscara- otorgada
por su nombre artístico de actriz porno-
se rompería y toda su vida social (si es que, en esa vida, había un ápice de
eso) se iría al garete.
Entonces, tras varios momentos de divagar asustada, dando vueltas alrededor
de su pequeño apartamento, se le ocurrió; convocar en el foro una reunión
urgente en la sala de juntas. Ella nunca había convocado una ni siquiera se
había molestado en ir en una, pero era lo mejor que se le ocurría.
Hizo un post en el foro privado
de la red del edificio y pidió que se bajara para hablar sobre un problema
sobre las entradas de conexiones superiores (alegando que los sistemas ARVs
estaban fallando cuando se le mandaba una dirección IP-cosa que era totalmente
real-). La fecha más cercana que podía poner era dentro de tres días, así que
eso es lo que hizo.
Mientras tanto, estuvo mordiéndose las uñas y mirando cosas en Internet,
para poder pasar del tema. Hasta que se resolviera ese problema no iba a tocarse el clítoris ni una sola vez para
hombres que nunca se la iban a follar.